Florentino García Medina
Fernando López Duarte un lanzador para recorda
El tres de diciembre,de 1979, Fernando López Duarte tiro un juego sin hit ni carrera con Guaymas derrotando 1 carrera por cero a Los Venados de Mazatlán.
Lo sorprendente fue que lograba ¡su segundo no hit no carrera en el mismo año! El 8 de julio, ante los Alacranes de Durango, había hecho el truco con los Ángeles de Puebla, ganando 2-0 en partido de 7 entradas.
Fernando, quien hoy radica en Pittsburg Texas,recordó que el sin hit ni carrera en la LMP fue en el “Teodoro” Mariscal” en un duelazo frente a Francisco Soto, que permitió jonrón de Nelson Barrera en la novena entrada, para darle a los Ostioneros el enorme e histórico triunfo.
Fernando López se convirtió en la década de los años 70´s en uno de los mejores lanzadores del béisbol mexicano.
Sus dos joyas de pitcheo del 79 habla muy bien de la clase de lanzador que era , son muy contados los pítchers que han hecho esa hazaña en ambos circuitos.
Un pitcher derecho de carácter serio, que se ganó a pulso ser un estelar abridor en los equipos donde jugó .
En sus inicios, jugando en su natal Ciudad Obregón, destacó en la categoría juvenil, debutó en primera fuerza con un equipo llamado FEFSA en 1970 fue pítcher campeón con 7-0.
Alfonso “La Gallina” Peña, buscador de los Tigres, lo contrató empezando a jugar en el equipo de Sahuayo, en la Liga Central, sucursal de los Tigres a donde llegó en la campaña de 1973.
En el beisbol de verano lanzó nueve temporadas vistiendo las franelas de Tigres, Yucatán, Puebla y Campeche en 1981.
De por vida logró 62-67 con 3.40 de efectividad, completó 49 juegos y obtuvo 16 cierres.
En la pelota invernal, tuvo la oportunidad de lanzar con los Naranjeros de Hermosillo.
Fernando también brilló con los Angeles de Puebla, tras su arribo proveniente de los Tigres, en 1979, se colocó invicto con 3-0, de tal forma que el manager Jorge Fitch comenzó a tenerlo en su staff de abridores.
Para la siguiente temporada, Fernando, junto con la mayoría de los jugadores de los Ángeles apoyó el famoso movimiento a favor de la Asociación Nacional de Beisbolistas (ANABE), que luego se convirtió en sindicato y que pugnaba por mejores condiciones sociales y económicas de los jugadores.
Fernando López se quedó a vivir en Puebla tras el intento fallido de algunos años de la Liga de la ANABE y más tarde emigró hacia Nuevo Laredo y de ahí a Pittsburg, Texas, donde ahora radica junto a su esposa Olivia y sus hermosas hijas Anabel y Lilly.