Por Hno Jesús Saldaña
El Llamado a Servir
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Génesis 6:5-8
Un día en medio de todo el desorden, la violencia y el pecado que imperaba en la tierra, Dios mismo se arrepintió de haber formado al hombre, y le dolió en su corazón, se arrepintió de tal manera que decidió destruirlos de sobre la faz de la tierra, era tanto lo que se habían corrompido que las cosas no habían resultado quizá como esperaba y en su arrepentimiento Dios, decidió destruir al hombre, a la bestia, al reptil y las aves del cielo, sin embargo en medio de la multitud miró a un hombre que aun en el caos de pecado y violencia que había en la tierra el permanecía fiel, uno solo entre todos y su nombre era Noé, quien encontró gracia delante de Dios, y al verlo diferente a todos los demás decide hacer algo y lo llama, (en la actualidad aun Dios ve a hombres y mujeres diferentes a los demás, por eso sigue llamando a muchos todavía hoy), entonces le da instrucciones precisas para que comience a construir un arca, pero momento Señor, pudo tal vez decir Noé, primero explícame ¿qué es un Arca?, y ¿para que la construyó?, y ¿quieres que yo solo haga todo el trabajo?, ¿cómo lo podré hacer?, podríamos formularnos un sin fin de preguntas acerca de la reacción de Noé hacia la instrucción que Dios le daba, sin embargo no encontramos tal cosa, sino a un Noé escuchando con atención las instrucciones de Dios para obedecerlas y aquí tenía la tarea que muchos de nosotros en muchas ocasiones de nuestras vidas hemos tenido y que quizá a diferencia de Noé no hemos sabido escuchar atentamente la voz de Dios, y aún más no hemos obedecido aun cuando Dios mismo es el que nos ha llamado.
De seguro que el llamado de Noé era un llamado difícil de llevar a cabo, pero que a pesar del esfuerzo que podría tener el realizarlo no se intimido ante tal desafío, porque sabía que Dios era el que lo pedía y aunque quizá tenía más dudas que respuestas no encontramos que discutiera con Dios respecto a lo que le había pedido que hiciera como bien lo mencionaba con anterioridad, aun mas cuando Dios le dice que va a destruir al hombre y los animales que a creado por medio de un diluvio, ¿diluvio? ¿qué es un diluvio? quizá se pudo preguntar Noé, y are llover sobre la tierra dijo Dios, ¿llover?, ¿Qué es llover?, nunca en la tierra había llovido hasta ese entonces, por eso si analizamos detenidamente, el llamado que recibe Noé podría sin lugar a dudas ser sumamente difícil de llevar a cabo, sin embargo en contra de todo pronóstico y quizás en medio de mil dudas que más bien nosotros podríamos formularnos que el mismo Noé, decide obedecer a Dios y opta por hacer lo que le había pedido.
Lo más difícil es obedecer cuando no sabemos lo que estamos haciendo, cuando no seguimos las instrucciones correctamente, cuando no escuchamos atentamente, y lamentablemente muchas veces caemos en esta trampa y no vemos la importancia de construir el arca, sino más bien estamos en desacuerdo, y aunque somos llamados a obedecer para poder servir, terminamos a final de cuentas midiendo lo que Dios nos pide que hagamos y si consideramos que es mucho, entonces nomas no lo hacemos y punto, porque fijamos la mirada en los que no obedecen y no sirven y nos resulta difícil obedecer y servir cuando otros no sirven, cuando intentamos vivir una vida de acuerdo al modelo de Dios y nos esforzamos por obedecer y servir fielmente, pero vemos a nuestro alrededor que muchos viven vidas desordenadas y pecaminosa y entonces nos preguntamos según nosotros con justa razón, pero ¿porque entonces yo?.
En el tiempo de Noé la gente se había corrompido, vivía desenfrenadamente, tomando, casándose y dándose en casamiento y no tenían temor a Dios, la gente vivía de continuo haciendo el mal, desenfrenada y en pecado, y el olor del mismo pecado había llegado a la presencia de Dios, y solo Noé se mantenía justo en medio de toda la humanidad, por tal razón pareciera justificable hasta cierto punto preguntarnos entonces, ¿por qué yo?
Y lo que no vemos es lo que Dios vio en Noé, Noé tenía algo especial, el era diferente a los demás, tenía la capacidad para realizar la tarea que Dios le había pedido y sabía bien de sobra que no se rendiría jamás y que lograría construir el arca, y eso mismo es lo que Dios ve en ti y en mi hoy, hemos sido dotados de esas mismas características que pudo ver en Noé, la diferencia quizás sería solamente que Noé si obedeció Dios, no tuvo miedo al reto y emprendió el proyecto enseguida, cosa que muchas veces tu y yo no tenemos o no hacemos y así nos hemos pasado la vida, queriendo solamente, pero no emprendiendo, por eso ha llegado el momento de construir el arca, de empezar ahora, de no rendirnos, de levantarnos aunque otros no quieran levantarse, vemos como Dios llamó a Noé, solo al él llamó y a nadie más, nadie estaba con Noé cuando Dios lo llamó, era solo él y Dios, era su decisión solamente, no estaba siendo manipulado por Dios, estaba más bien recibiendo un llamado y una instrucción, un llamado de medidas descomunales, pero Dios sabía que él podía y por eso lo llamo, en nuestro caso es lo mismo, Dios sabe que podemos y si podemos, por eso tenemos que despojarnos de todo aquello que nos estorba y no nos deja avanzar, tenemos que empezar ahora mismo, es tiempo te tomar el serrucho, agarrar el martillo, cortar la madera y clavar los primero clavos, vamos a construir el arca de la visión que Dios nos pidió que hiciéramos, obedeciendo y sirviendo es la única forma de lograrlo.
Es claro de entender que la misión de Noé no era solo construir el arca y punto, pues Noé era esposo, padre de familia y suegro, el tenía que ocuparse de la parte del hogar también, porque no es solo la visión que Dios nos da, es también la familia que Dios nos da, porque no podemos ser luz en la calle y oscuridad en la casa, por ello Dios mismo le hace una promesa que consistía en salvarlo a él y a toda su familia, si le obedecía y construía el arca, si seguía sus instrucciones.
Es así de impresionante, porque aquí encontramos una verdadera bendición, cuando Dios nos llama y somos obedientes en lo que nos pide que hagamos, nos recompensa de manera grande, porque no era cualquier cosa, era salvarlo a él y a toda su familia del diluvio de destrucción que vendría sobre la faz de la tierra, que promesa tan maravillosa, nadie de su casa moriría sino que vivirían, esta promesa hoy también es para ti y para mi, cuando obedecemos a Dios en el llamado, cuando le servimos, Dios entonces trae salvación y protección a nuestra casa también y nadie perecerá en el diluvio que vive el mundo hoy, porque con Dios estamos seguros.
Quizá no lo has pensado, pero todo el diluvio de destrucción que hay en los hogares en la actualidad dentro y fuera de la iglesia, las infidelidades, los divorcios, los hijos rebeldes y aun muchas de las enfermedades, no son otra cosa más que el producto de la desobediencia a la voz y al llamado que Dios ha hecho a nuestras vidas, porque aunque es difícil obedecer y servir, no es imposible, por eso basta imaginar por un momento todo este torrente de destrucción y muerte, la gente pidiendo a gritos entrar en el arca y el arca cerrada, la lluvia cayendo torrencialmente, y las fuentes del grande abismo siendo rotas y las cataratas de los cielos abiertas, no había forma de escapar, la humanidad entera y todos los animales estaban muriendo ahogados, y aunque tuvieron oportunidad de salvarse, la rechazaron, no creyeron en el anuncio que Noé por más de cien años les predicó, años y años les estuvo hablando de lo que sucedería, pero de seguro lo consideraron loco, y creían que era imposible que algo así tan sobrenatural como un diluvio sucediera y zas, de pronto sucedió y cuando todo ocurrió ya no hubo oportunidad, porque Dios mismo cerró la puerta del arca que Noé construyó y ¿quién se salvó? solo Noé y su familia, (sin excluir a las parejas de cada especie de los animales claro), pero si tenemos que entender esto, el arca no fue hecha solo para que Noé y su familia junto con los animales se salvarán, el arca fue hecha para que todo el que creyere se salvará, pero a excepción de Noé y su familia, nadie más creyó, entonces bien nos podríamos formular la siguiente pregunta y ¿por qué se salvo solo Noé y su familia?, y la respuesta podría ser está, porque Noé fue el único que obedeció y sirvió en atender el propósito y el llamado de Dios.
Esto es lo maravilloso de esta gran historia, cuando obedecemos al llamado que Dios nos hace y servimos construyendo el arca, nadie se muere ahogado en nuestro hogar porque Dios trae la salvación para el que él llama y obedece, como para toda su familia también, nunca los problemas podrán ahogarte, la crisis, el desempleo, las malas finanzas, las deudas, nada del diluvio que destruye al mundo te destruirá a ti y a los tuyos, si obedeces y sirves como Dios manda, tu saldrás a flote en el arca que tú mismo construiste y esa arca se llama obediencia, se llama servir, aunque tengas dudas y no entiendas, solo haz lo que se te pide, que de lo demás Dios se encargara, solo que nuestro problema en realidad está en que todo lo analizamos y la mayoría de las veces no espiritualmente, sino más bien del lado carnal, y es ahí donde el enemigo nos gana ventaja y en vez de ganar, perdemos, perdemos la oportunidad de hacer historia, perdemos la oportunidad de impactar a otros y muchas veces se pierde el matrimonio, el empleo, las finanzas y todo por no obedecer y servir.
Porque en medio de todo, lo difícil no es ser llamado, lo difícil es obedecer y servir en el llamado que Dios nos ha hecho, porque queremos hacer todo lo demás, pero no queremos obedecer y servir, queremos privilegios, cantar, danzar, darle duro a la pandereta, predicar, ministrar, pero no queremos servir, y debemos aprender de Noé, que mientras servía predicaba, de seguro alababa y glorificaba a Dios, y mientras construía el arca que Dios le había pedido que hiciera no se quedaba callado, y no se quedó a medias en el proyecto como muchas veces nosotros nos quedamos, el logro su objetivo, siguió las instrucciones ilógicas de Dios sabiendo que Dios es así, entendió el llamado y sirvió de tal forma que cuando vino el diluvio y empezó a llover él ya estaba a salvo en el arca junto con toda su familia.
Y aunque Noé no sabía que era un arca, la construyó, no sabía que era un diluvio ni que era la lluvia pero creyó en la promesa de Dios que lo salvaría de morir ahogado a él y a toda su familia, aparte de todo Noé tuvo compasión de las almas mientras construía el arca y les anunció lo que ocurriría durante todo este tiempo que algunos calculan según la Biblia en ciento veinte años, y algunos otros creen que solo fueron cien habiéndoles tomado por sorpresa, porque el mismo señor Jesús menciona, mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre, porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo y casándose y dándose en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevo todos, así será también la venida del Hijo del Hombre, Mateo 24:37-39. El apóstol Pedro se refiere a Noé como un predicador de justicia, entonces aquí encontramos otro dato sumamente importante, Noé no solo obedeció y sirvió construyendo el arca, sino que también anunció lo que ocurriría, porque categóricamente esta escrito así, tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, predicador de justicia con otras siete personas y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos, 2 Pedro 2:5
De seguro que la tarea de Noé no fue fácil de llevar a cabo, pero su obediencia no puso ningún obstáculo para servir y construir el arca, aunque construirla le llevará más de cien años, seguramente la gran mayoría de las personas en su época no compartían con él esa loca y disparatada idea, bien podría haberse dado por vencido, pero no lo hizo, siguió adelante hasta terminar lo que Dios le había pedido que hiciera, tenía un espíritu audaz y decidido, no como el nuestro que muchas veces en cosas tan pequeñas nos damos por vencidos, y sobre todo cuando viene alguien y hace burla de lo que hacemos porque lo considera ilógico y en vez de continuar nos desanimamos y tiramos todo por la borda, abandonamos todo así nomas porque no soportamos la presión del qué dirán de la gente.
Obedecer el llamado de Dios y servir es una responsabilidad muy grande, porque construir un arca de tres pisos no es cualquier cosa, hoy lamentablemente muchas de las iglesias carecen de gente que en verdad obedezca y sirva, la gran mayoría solo quieren ser servidos y hemos confundido el llamado de Dios a nuestras vidas pensando que nacimos para ser servidos, cuando obedecer y servir debería de ser lo más importante para cada uno de nosotros, deberíamos de unirnos a la visión del visionario, en vez de criticarlo y juzgarlo, deberíamos defender el lugar donde Dios nos ha puesto a capa y espada, pero ¿Qué es lo que hacemos?, a veces nos comportamos como Esaú y por un plato de lentejas vendemos la visión, o huimos como Jonás, o como Judas, por treinta monedas de plata entregamos al maestro, y en vez de lograr llegar al objetivo lo abortamos, pero esto debemos de saber, si Noé no termina de construir el arca y el diluvio hubiera llegado, se muere ahogado, y no solo él, también su familia, pero Noé no se dio por vencido aun en medio del mundo de pecado y violencia en el que vivía, el sabia que lo que Dios había dicho que sucedería, aunque no entendía cómo ni cuando, el cumplió su parte y se entregó apasionadamente en construir el arca que serviría de refugio para él y toda su familia. Dios les continue bendiciendo.