Por: Hno Jesús Saldaña
El Perdón
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonara también a vosotros vuestro Padre celestial.
Mateo 6:14
Hablar del perdón en nuestro tiempo moderno es tan difícil, porque el odio y el rencor cubren las calles y atestan los aires de nuestro mundo dándole un olor a venganza, y aún se adorna con la frase, “la venganza es dulce”, sin embargo no hay nada más degradante y enfermizo que la falta de perdón, para los que quieran ganar el cielo, más que necesario, es obligatorio perdonar, el texto dice claramente, “porque si perdonáis a los hombres sus ofensas”, si las perdonas dice claramente, solamente si las perdonas, “también vuestro Padre que está en los cielos os perdonará”.
Es algo recíproco, hay que perdonar para ser perdonado, la Biblia relata en Mateo 18:23-35 la ya famosa historia de “los dos deudores”, cuando uno de ellos fue presentado delante de su señor, el cual no pudiendo pagar la deuda, le fue impuesto como castigo ser vendido, tanto el, como su mujer y sus hijos para que pudieran pagar, sin embargo el hombre postrado suplicaba a su señor paciencia para poder pagar todo lo que debía y su señor vuelto a misericordia no solo aceptó su petición, sino que fue más haya y le perdonó la deuda, que maravilloso, cuanta misericordia, el perdón de su señor le liberó, tanto a él como a su familia.
Todos nosotros seguramente hemos sido perdonados alguna vez por algo, en ocasiones quizá simple, pero en otras quizá grabe, y es que es más fácil ser perdonado que perdonar, este primer deudor fue perdonado por mucho, sin embargo no aplicó de la misma manera el perdón hacia el segundo deudor, quien le debía una pequeña cantidad de dinero comparado con lo que el, le debía a su señor y de lo cual fue perdonado, él sin embargo al ver a su deudor, le tomó del cuello hasta casi ahogarlo, exigiéndole con dureza que le pagara lo que le debía, el hombre se postró s sus pies y le rogaba que le tuviera paciencia y le pagaría todo, pero él no quiso y fue y le echo a la cárcel hasta que le pagase lo que debía, que ser tan inhumano quizá alguien piense, lo cierto es que muchas veces nosotros actuamos exactamente igual o hasta peor.
Lo más triste es que muchas veces no es fuera del hogar que ocurren estas cosas, sino dentro, la falta de perdón en los matrimonios, entre hijos y padres e inclusive entre hermanos va más allá de la cárcel, suele ser inclusive la muerte, los casos varían, lo cierto es que todo este tipo de situación es por la misma razón, la falta de perdón, el primer deudor recibió el perdón y ya perdonado no pudo perdonas, es realmente impactante y sobre todo necesario.
Una vez que el corazón se pone duro, enraizado en raíces de amargura, es muy difícil perdonar, el odio se hace latente y se ve cada día más y más por donde quiera que vamos, al manejar ante la más mínima falta la gente estalla en insultos, en señales inapropiadas con el dedo, en violencia y ni siquiera lo piensan para tomar un arma, disparar y matar, en el trabajo, aún dentro de las iglesias, lo verdaderamente cierto es que la consecuencia de la falta de perdón es tan grave, que si nosotros no perdonamos, no podemos ser perdonados, visto de otro modo, pero al final lo mismo, el perdón es necesario para entrar al cielo y ver a Dios, porque si no perdonamos no seremos perdonados por Dios, no le veremos y el cielo no alcanzaremos.
Toma tu tiempo y piensa, suele ser muy difícil perdonar cuando son casos grabes, pero como por ahi dicen, “cuando perdonas liberas a un prisionero, y el prisionero eras tu”, y es que a decir verdad el no perdonar enferma, daña, roba la paz.
La noticia de lo ocurrido en el caso de los dos deudores llegó a oídos del señor que había perdonado al primer deudor y sin más lo mandó a llamar, siervo malvado toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste, ¿no debías tú también tener misericordia, como yo la tuve contigo?, entonces su señor enojado le entrego a sus verdugos, hasta que pagase todo lo que debía, que triste ser liberado para luego volverse a atar, eso pasa mucho con nosotros, Dios nos perdona de todos nuestros horribles y sucios pecados y nosotros no somos capaces de perdonar, pero hay que recordar esto, “si el cielo quieres ganar, tienes que perdonar”, se feliz, vive en paz, aprende a perdonar, aún existen casos de personas que han sido sanadas de enfermedades tan solo por perdonar.
Alguien me dijo un día, aprovecha bien el tiempo, y la mejor manera de aprovecharlo es perdonando, porque así está escrito, porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro padre celestial.
Mi oración es que se perdonen entre esposos, entre padres e hijos, entre hermanos y amigos, hagamos del perdón el arma más poderosa para combatir el mal y vivir mejor. Un saludo, hasta la próxima. Bendiciones!!