Por Florentino Garcia
El miedo, que hace perder el miedo
Según testimonios de las personas que viajan o han viajado en la caravana de inmigrantes procedentes de países de Centroamérica es el miedo a morir de hambre o por las pandillas es lo que los obliga a huir y por esa razón dejan sus lugares de origen aventurandose a un viaje de cientos de kilómetros llenos de peligros y adversidades , aparte del futuro incierto ya que no saben si lograrán cruzar a Los Estados Unidos, ese miedo los obliga a exponer a sus hijos a otros muchos peligros donde pueden morir o ser secuestrador, las mujeres ultrajadas y acosadas sexsualmente , aparte de la escazes de agua , comida y lugares seguros para dormir y tantos otros riesgos que corren durante la peligrosa travesía , como el riesgo de ser separados de sus hijos .
Lo anterior lo hacen por miedo de perecer en su país de origen, pero ese miedo que los obliga a salir de su tierra y su parentela les ayuda a superar otro miedo más grave y peligroso, que es el riesgo que enfrentan durante su camino.
Caras amigables , manos que se extienden con comida y agua pero también insultos y desprecios , la vergüenza de resistir maltratos y humillaciones .
No es fácil aventurarse en una odisea incierta, pero el miedo a morir en su tierra es mucho mayor que el miedo real de subir a un tren de carga, caminar largas jornadas o subirse con desconocidos arriesgándolo todo , es muy difícil pero más difícil es tratar de entender lo que sienten esas personas , oremos y confiemos en Dios que los cuide y los guarde para que lleguen al lugar donde ellos tienen la esperanza de vivir mejor.
Ud que lee y yo que escribo estamos muy bendecidos , porque no vivimos ni siquiera un poquito de la angustia y temores que a diario los sobresalta,
Bendice Dios a las autoridades mexicanas y al pueblo de México que a pesar que saben del problema que significa recibirlos y alimentar a miles de personas se han esforzado para que crezca sus esperanzas, los países tienen leyes y esas leyes hay que respetarlas , pero cuando ya no hay esperanzas de una vida mejor es correr otros riesgos más graves .
Esto es como encontrarse en el piso 26 de un edificio en llamas o mueres quemado o te lanzas al vacío .
Esperemos que recapaciten y busquen otra manera de superar esa crisis que los expone al peligro .
No se culpe a nadie , como mencionamos existen leyes que hay que respetar.
Dios los bendiga.
