El clásico rioplatense, entre Argentina y Uruguay que se origino en 1924 después de que Uruguay ganara los Juegos Olímpicos de ese mismo año, al regresar de haber lograr la hazaña organizaron 2 partidos amistosos entre los dos países, en el segundo encuentro se marcó el primer gol olímpico.
El primero se jugó el 21 de septiembre de 1924 en Montevideo quedando empatados a un gol una semana después se realizó el segundo partido en Argentina en el Estadio Deportivo Barracas con capacidad para 40 mil aficionados pero se vendieron dos mil entradas más aparte de los invitados especiales, el cupo fue exagerado que obligó a los 4 minutos de iniciarse el partido al arbitro argentino Ricardo Vallallarino a suspender el cotejo por el peligro de tanto aficionada después de la suspensión se armo una bronca donde varios aficionados resultaron heridos.
Se logró organizar la revancha para el jueves 2 de octubre y se tomaron varias medidas. Entre ellas, cercar el campo de juego con un alambrado de un metro y medio de alto. Si bien ya existían varias canchas cercadas en el país y en Montevideo, desde entonces pasó a llamarse alambrado olímpico.
A los 15 minutos del primer tiempo, 30 mil personas fueron testigos de un hecho que se transformó en la historia fútbol argentino y mundial. Cesáreo Onzari, un puntero izquierdo que jugaba en Huracán, anotó un gol directo desde el tiro de esquina…. La novedosa conquista dejó huella y, desde entonces, cada gol convertido como “Onzari se le llama gol olímpico y asi se le conoce hasta la fecha como gol olímpico la regla se tuvo cambiar después de la histórica anotación y el tiro de esquina paso a convertirse de tiro indirecto a tiro directo este partid o lo ganó Argentina ganó 2‑1.