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Cuando uno quiere algo y se lo pide a Dios,eso viene en su tiempo.

Un Mensaje a la Conciencia

24 ene 2022

de nuestro puño y letra
Hijo de una leyenda de la pesca
por Carlos Rey

(Antevíspera del Día Internacional del Pescador)

Su pasión por la pesca surgió pescando desde pequeño con su padre, Fernando Viyella, quien fue una leyenda de la pesca dominicana. Desde los seis años Luis pescaba en las lagunas, y desde los diez años su padre lo llevaba al mar para que conociera cada uno de los diferentes tipos de pesca.

«Eso era maravilloso para mí —recuerda Luis Viyella en una entrevista que le concede a la Revista Abordo después de haber batido otro récord de pesca en diciembre de 2018—. En el año 1973, a mis catorce años… [pesqué] mi primer marlín [o pez aguja] azul, que fue récord nacional dominicano en ese momento y pesó 423 libras, y [desde entonces] he pescado sostenidamente con una frecuencia bien alta.»

Veinticuatro años después, impuso un nuevo récord al capturar otro pez aguja azul, sólo que esta vez el más grande del Caribe. «Fue en el tercer día de pesca del torneo del Náutico de San Juan… el 17 de agosto de 1997, cinco minutos antes de terminarse el torneo, que acababa a las tres de la tarde —relata Luis Viyella—. A las dos y cincuenta y cinco subió ese [pez aguja], que fue una oración contestada. Yo soy cristiano y un hombre de fe. Todo nos salió bien: el [anzuelo] fue sólido, y en media hora le pusimos el primer [gancho]. Media hora después logramos traerlo cerca de la lancha con la soga del primer [gancho volador], dominarlo y subirlo a bordo. ¡Fue extraordinario!

»Recuerdo que estaba yo en equipo con mis amigos Eduardo Read y Armandito Armenteros. Eduardo ese día [capturó] un [pez aguja] azul de 713 libras también. Le faltó muy poquito para romper el récord de 721 libras que existía. El mío sí superó esa cifra. Lo extraordinario es que, en dos equipos, pescando en lanchas distintas el mismo día, [capturáramos] yo uno de 900 libras y Eduardo otro de 713.

»… Yo había ido [detrás] de un [pez aguja] de ese tamaño a diversos destinos [donde] abundan [los] grandes, inclusive a Funchal, Madeira, y no había tenido suerte. Sin embargo, en ese torneo a bordo de la lancha de mi padre, la “Grace Tercera”, lo que menos pensaba era que iba a pescar ese marlín [o pez aguja] que me iba a salir ese día. Y… puedo decir que, realmente cuando uno quiere algo y se lo pide a Dios, eso viene en su tiempo, como Él mismo dice. Cuando uno menos lo espera, ahí llega; pero no se puede dejar de tener fe. Mi esposa es una mujer de gran fe, y me ha ayudado muchísimo en ese sentido», afirma Viyella.1

¡Qué gran lección nos enseña Viyella como seguidor de Cristo y hombre de fe! Cuando tenemos un deseo inofensivo, basta con que se lo pidamos a Dios con fe y con toda confianza en lo que Jesucristo mismo enseñó: que si nosotros, que somos malos por naturaleza, sabemos dar cosas buenas a nuestros hijos por lo mucho que los amamos, ¡cuánto más nuestro Padre que está en el cielo nos dará cosas buenas a los que se las pidamos!2 Pero más vale que confiemos también en que Él es el único que sabe el tiempo oportuno para recibirlas de su mano.

1 Angie Cunillera, «Luis Viyella: nuevo récord de pesca», Revista A

foto imagen Oceanía

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